Reinas han existido que con su ejemplo
de vida, sus logros, sus victorias, sus conquistas, su inteligencia y su
belleza (o no tanto) han escrito una gran parte de nuestra historia. Muchas han
sido también las que han querido emularlas, construirse a su sombra un pellizco
de esa tan ansiada leyenda eterna.

En perfumería también hemos tenido
grandes reinas que conquistaron territorios olfativos jamás antes explorados,
que forjaron una nueva visión de la feminidad y que durante años permanecieron
únicas y estoicas, reinando y resistiendo en su trono, creándose una cohorte de
discípulas que siempre han existido por y para ellas.

?Q? con esa divertida naturaleza soleada
y chispeante de limón calabrés y cereza, haría sin duda alguna un buen papel como dama de honor de ?Angel? de Mugler o ?Hypnotic Poison? de Dior
(dos de las grandes reinas en cuanto a fragancias gourmand y notas licorosas se
refiere) Pero dudo mucho que un día consiguiese llegar al trono, no por falta
de estrategia o de ambición, sino por una absoluta negligencia en su educación
de base. ?Q? no ha nacido para coronarse, a pesar de sus aires ostentatorios y su
fachada pomposa. Como mucho llegará a concubina real, sino se olvidan de ella
en unos años ni la reemplazan por una nueva dama de honor, más fresca y e interesante
(que es lo que a todas luces terminará ocurriendo)

Dejemos pues a esta recién llegada
disfrutar de los placeres de la corte y gocemos nosotros de su compañía y del
encanto...